#ElLenguajeDelColor: El púrpura y su uso en diseño: un color sofisticado y dramático

El color del espectáculo y de la sombra. Tradicionalmente asociado con la realeza, el lujo y la espiritualidad, el púrpura ha cobrado nueva vida en el diseño contemporáneo gracias a su capacidad para crear ambientes sofisticados, introspectivos o audaces. En esta entrega de #ElLenguajeDelColor, la diseñadora de color Judith van Vliet desvela sus matices.

El púrpura ha sido considerado un color especial, cargado de poder, probablemente debido a sus orígenes exclusivos. El primer tinte púrpura, conocido como púrpura de Tiro, era tan costoso y difícil de obtener que quedó reservado para la élite. De hecho, este tinte era más valioso que el oro: para producir apenas un gramo, se necesitaban más de 10,000 moluscos marinos llamados Murex. Esta exclusividad reforzó la creencia de que el púrpura representaba lo divino y lo opulento. En el Imperio Romano, su uso llegó a estar regulado por ley: solo el emperador podía vestir túnicas completamente de este color, y hacerlo sin autorización podía considerarse traición.

Esta percepción de estatus no fue exclusiva de Occidente. En Japón, el púrpura también era un color prohibido para la gente común. En el Imperio Bizantino, era costumbre cubrir las salas de parto reales con telas púrpuras, para que los herederos nacieran literalmente “en la púrpura”. Hoy en día, sigue asociado al riqueza, la nobleza y el misticismo. En tradiciones como el budismo tántrico y el ayurveda, representa el chakra de la coronilla “Sahasrara”, vinculado a la conciencia y los estados espirituales superiores.

Buena parte del tinte púrpura tenía su origen en México, donde los mixtecos lo extraían desde hace siglos del caracol Plicopurpura pansa, conocido como Tixinda o Púrpura Pansa. Este proceso, aún practicado en las costas de Oaxaca, es único por ser sostenible: los moluscos no son sacrificados, y el tinte se adquiere respetando los ciclos lunares.

Históricamente asociado con la dignidad y la justicia, hoy el púrpura es el color del feminismo y se ha trasformado en un símbolo de la lucha por la igualdad de género. Su uso se remarca especialmente durante el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, cuando se viste, ilumina y decora de púrpura en apoyo a los derechos de las mujeres.

Muuto

Un color oscilante

En términos psicológicos, el púrpura es un color que no te deja indiferente: despierta reacciones intensas y extremas, tanto de fascinación como de rechazo. Mucho depende de su tonalidad. Cuando se inclina hacia el rojo, se percibe como cálido, sensual, dinámico y teatral. En cambio, hacia el azul, transmite dignidad, calma y profundidad.

Esta reacción está relacionada con una característica única del magenta, color del que deriva: a diferencia de otros, no se corresponde con una sola longitud de onda de luz. Es, en realidad, una construcción cerebral que combina luz roja y azul, lo que lo hace singular y algo desconcertante. Por ello, para evitar confusión sensorial, es recomendable equilibrarlo con tonos más claros.

Su uso en diseño: efecto dramático

El púrpura ha resurgido como una herramienta poderosa en el diseño de interiores y la arquitectura gracias a su versatilidad y riqueza simbólica. Se utiliza para transmitir sofisticación, creatividad y serenidad.

En interiores residenciales, los tonos oscuros como el ciruela o la berenjena son frecuentes en salones o dormitorios, aplicados en paredes, mobiliario o textiles. Esta elección persigue una atmósfera dramática y acogedora, especialmente cuando se combinan con colores neutros.

En el ámbito laboral, el púrpura se ha popularizado en estudios de diseño y espacios de coworking por su capacidad de estimular la creatividad sin dejar de transmitir calma. Tonos suaves como el lavanda se emplean en mobiliario o muros para crear entornos agradables y no intrusivos. Hoteles boutique y spas asimismo recurren a tonos amatista o violeta suave para generar sensaciones de exclusividad y bienestar.

Aunque el púrpura no es común en fachadas, ha encontrado un lugar en la arquitectura exterior por medio del uso de revestimientos metálicos iridiscentes que reflejan matices púrpura según la luz, o en iluminación arquitectónica nocturna que transforma los edificios en experiencias sensoriales. Un ejemplo destacado es el Museo Soumaya en Ciudad de México, cuya estructura ha sido iluminada en púrpura durante eventos especiales, creando un efecto visual dramático y casi etéreo.

Distante de ser un color excéntrico o anticuado, el púrpura se ha consolidado como un símbolo de estilo, introspección y actualidad. Su uso inteligente permite crear espacios exclusivos, con personalidad y elegancia, capaces de adaptarse tanto a contextos íntimos como a propuestas arquitectónicas audaces.

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